EL VIAJE DE IDA. Wilhering, Mauthausen ,St. Florian y Melk


8 de julio, jueves.

Itinerario: Madrid-Labanne 
Km: 549
Pernocta: Area de Labanne.

Dejamos atrás Madrid en plena oleada de calor para dirigirnos a Irún. Dos días antes había variado el itinerario al comprobar que había una diferencia de entre 50 a 60 euros y tan solo 30 km de diferencia entre ir por Barcelona y atravesar Suiza, o viajar evitando este último país y hacerlo por el sur de Alemania.

Nuestro destino por hoy era el área de Ondres-Playa, que ya conocíamos. Pero recordábamos que no era muy agradable, ya que estaba en una aparcamiento totalmente asfaltado y aunque estaba en la playa, su inclinación no permitía ver el mar, por lo que decidimos probar la siguiente, a escasos kilómetros, en Labanne, y que nos costó encontrar siguiendo las coordenadas dadas al navegador, pero que la persistencia de Angel consiguió hallar al seguir las descripciones en cuanto a situación que otros habían hecho. Se encuentra en un pinar al lado de la carretera, junto al camping municipal, un parque acuático y una zona de “aventura” donde hay instaladas tirolinas, puentes de pino a pino, etc. Tiene baños y carga y descarga de agua. Es una lugar muy agradable, en un pinar,  deslucido hoy porque en un pequeño recinto circular comenzaba a las 21,30 un espectáculo de juegos que no terminó hasta las 23,30 obligándonos a esperar para poder descansar. Luego la noche transcurrió tranquila, aunque calurosa. Una vez más, el enfriador nos ayudó a tolerarla.

9 de julio, viernes
Itinerario: Labanne-Baume les Dames
Km: 932
Pernocta: Area de Baume les Dames. N:47.34035° E 6.35702° ′. 7 €

Despiertos a las 6,00, nos dormimos hasta que a las 7,30 Tula nos avisó de gente cerca. Buena guardiana. Tenemos una alarma adicional.

Sin desayunar, decidimos salir temprano, y menos mal! Porque estaban montando un mercadillo y al hacerlo, cerraron el paso de salida, algo incomprensible, sobre todo estando la policía local allí que vio como  esperábamos pacientemente a que el paso nos fuera abierto. Suerte que Angel encontró una salida alternativa atravesando entre los robles y los pinos.

En la autopista comprobamos sorprendidos que no había cobradores físicos y para complicarlos, no nos aceptaba la visa Uno-E, tan solo la del BBVA que tenía un chip incorporado.

Circulación fluida por una autopista que parecía un excalestric, con grandes bajadas y subidas y luego un tramo de unos 100 km carente de autovía  durante el cual  recuperé de mi memoria imágenes guardadas años atrás: hileras de camiones en la carretera; aunque con una pequeña diferencia con respecto a 30 años atrás y es que aquí aparecían tramos de adelantamiento –tercer carril adicional- además de que los camiones de ahora, no son los “zambombos” de 25 años atrás. De nuevo en la carretera comprobamos sus especiales “campañas de prevención de accidentes”: siluetas negras a tamaño natural en lugares donde han fallecido personas en accidentes de tráfico
Pese a que íbamos a llegar un poco tarde, decidimos arriesgarnos y dormir en el área de Baume les Dames, como algún año atrás. Nos suponía un centenar de km más de los previstos para hoy, pero la conocíamos de otras veces y sabíamos que era muy agradable, aunque últimamente se había hecho muy popular por lo que siendo además viernes, podíamos tener problemas para encontrar sitio.

Y allí llegamos a las 20,30 y solo quedaban ya tres plazas libres. Ha cambiado algo. Antes venía el “municipal” a cobrar 4 euros. Ahora hay una oficina y cuesta 7 euros con electricidad, dispone de un lavabo y baño gratuito y una ducha con “jaiton” de 2 euros. Hoy, además, tienen un concierto a las 21 horas.

Hace mucho calor, nos duchamos, cenamos y nos acercamos a escucharlo. Hay tres guitarras y una bonita voz masculina que interpretan agradables canciones en un escenario colocado en la parte inferior del area. La gente se sienta en bancos o en la hierba aprovechando el desnivel que tiene el terreno. Un puesto vende cerveza. Muy agradable. La noche no parece presentarse calurosa.

10 de julio, Sábado
Itinerario: Baume les Dames- Eferdim
Km: 800
Pernocta: Efergeim (N 48º10.105’ y E 14º.01.606’). Gratuito

Nos levantamos temprano con la idea de cargar y descargar agua preparándonos para las siguientes dos noches en Austria  donde iba a ser más difícil encontrar áreas de servicio. Afortunadamente todos duermen y no hay que esperar.

Al salir y después de pasar el puente del río, hay a la izquierda un super mercado “super-U” que tiene gas-oil a 1,09 euros y con cobrador físico, casi 20 céntimos más barato que en las autopistas, así que  aprovechamos para llenar el depósito hasta arriba a pesar de que entrábamos en Alemania hoy donde supuestamente el gas-oil es más barato que en Francia.

Una vez en este país, autopistas buenas y conductores rápidos y nos sorprende otra campaña de prevención de accidentes de tráfico. Hace un par de años figuraba la fotografía del o de los fallecidos en el lugar. Ahora es la foto de los seres queridos que ha dejado tras su muerte. Impactante. Y por supuesto no nos libramos de las obras. Parece que la crisis no afecta a este aspecto. Siempre que circulamos por aquí hay alguna autopista patas arriba y cuando es así limitan la velocidad a 80 km/h –que cumplen a rajatabla- y estrechan los carriles, pero cuando se acaba el tramo de obras, algunos turismos sobrepasan con facilidad los 150 km/h.

Dos cosas destacamos: la primera de ellas que  no encontramos gasolineras en las inmediaciones de Munich, en la autopista. Dejamos atrás una y no conseguíamos encontrar otra. Casi a punto de aparecer la reserva decidimos salir de la autopista siguiendo al navegador en busca de una gasolinera cercana. Y menos mal que así lo hicimos, porque no vimos ninguna en todo el tramo de autopista hasta que abandonamos Alemania en Pasau. La segunda, es que nos paro la policía austriaca para pedirnos la documentación nuestra y de la autocaravana, comprobando con lupa, y lo digo textualmente, la autenticidad de los documentos.

Seguimos el Danubio en dirección a Wilhering pero no encontramos ningún sitio para pernoctar.  Había “cargado” al tomtom áreas de Austria y seguimos sus instrucciones pensando que nos  dirigía a un camping. Pero para nuestra sorpresa dimos con un pequeño aparcamiento junto a una tranquila carretera a orillas del Danubio, en la localidad de Eferdim (N 48º10.105’ y  E14º.01.606’) y aquí estamos, estrenado este trasto enano (y me refiero al notebook) con el que no llego apañarme bien del todo. Demasiado pequeño.

Junto a  nuestra auto hay otra autocaravana vieja austriaca, unas cuantas casas y algún que otro  turismo aparcado. Frente a nosotros, el gran Danubio y detrás un campo cultivado…¡de espárragos!. Las cercanas casas nos dan seguridad, no es una zona deshabitada por lo que decidimos quedarnos. La temperatura ha bajado considerablemente y se puede estar fuera al fresquito, sentados en unos bancos contemplando el discurrir del enorme Danubio y algunos barcos que suben y bajan.


A ultima hora nos acompaña una autocaravana alemana y por la noche disfrutamos desde la orilla de este gran río, de los lejanos fuegos artificiales de alguna localidad cercana.





El comienzo. Wilhering, Mauthausen ,St. Florian y Melk

11 de julio, domingo
Itinerario: Eferdim-Wilhering-Mauthausen-St. Florian- Aggsbach am markt
Km: 173
Pernocta: Area Aggsbach Am Markt. (N48º17.888  E 15º24.298).8,50 €

Nos despertamos pronto pero esperamos a Raul. Cuando salimos alrededor de las 8,30 comprobamos que la autocaravana alemana había marchado ya y los de la otra contemplaban desde un banco el Danubio en un día soleado con una luz que lo inundaba todo aumentando la intensidad de los colores. Saqué a Tula a dar un paseo y como si fueran ya las 10 de la mañana,  muchos ciclistas circulan por las orillas del río y me saludan cuando nos cruzábamos.

Partimos hacia Wilhering a donde llegamos media hora después. No aparece señal alguna que indique su abadía por lo que entramos en el primer aparcamiento y el único de esta ciudad, como pudimos comprobar después.

Y la iglesia es impresionantemente hermosa. Obra maestra del rococó, como todas las barrocas, de gran tamaño y muy decorada pero  sin resultar recargada. Da la impresión de que más decoración, color, esculturas y pinturas no podrían encontrarse en un solo lugar. No obstante es elegante y armoniosa con un precioso órgano que emite una deliciosa música y que parece estar  enmarcado en una cortina roja similar al telón de los teatros que dicen los libros que es un trampantojo. Los frescos dan color a este hermoso lugar cuya contemplación no cansa. Todos los elementos individuales parecen estar conectados para conseguir belleza y armonía. Dorados, blancos, ocres, marrones....se alternan para conseguir un elegante y magnífico decorado.

A tan solo las 10,30 tenemos dos opciones: ir a St. Florian que se encuentra en nuestro camino hacia Mauthausen o a Mauthausen primero teniendo luego que regresar a St. Florian.  En el primer lugar a las
14,30 horas ofrecen todos los días excepto sábados y miércoles un concierto en el que dicen que es el órgano mayor de toda Europa. (Durante la visita puntualizan que es el mayor “de una pieza”).

Como no queremos renunciar a este lujo, decidimos ir a Mauthausen  y luego regresar. No hay mucha distancia. Rozamos levemente la ciudad de Linz y hacia allá nos encaminamos. El nombre de Mauthausen se corresponde  también con el de la localidad próxima y como no comprendemos lo que dice una señal que encontramos en la carretera, continuamos hasta la cercana ciudad y allí comprendemos nuestro error, damos la vuelta y confirmando que la incomprensible señal nos dirigía al antiguo campo de concentración.  

En lo alto de una colina aparece este tétrico lugar. Dejamos la autocaravana en un gran aparcamiento que es un secarral y nos disponemos a comenzar lo que será la visita más emotiva de todo el viaje. Consciente de mi sensibilidad, sabía que no me iba a resultar nada agradable,  pero era necesario visitarlo tratando de mantener cierta “distancia emocional”, posiblemente la que me de el tiempo, pasando a ser  testigo de unos hechos que sucedieron ya muchos años atrás y que ya tan solo forman parte de la historia.

Pero esta intención fue solo inicial. Su visita me hizo reflexionar sobre muchas cosas, entre ellas, asumir que esto, disfrazado, oculto o encubierto ha vuelto a suceder  (guerra de los Balcanes, sin alejarme mucho en lugar y en tiempo)  y está sucediendo ahora.

¿Qué decir de este lugar que no se haya dicho ya una y mil veces mejor que yo?.

A la entrada se abre una gran calle central alineándose a su izquierda barracones  ya la derecha diversos edificios como la enfermería, lavandería, duchas, crematorios, cárcel y cámara de gas

Los barracones en sí no me causaron impresión,  aunque si llamó mi atención  el tamaño escaso de las literas, y los servicios, con tan solo una sala donde se apreciaban los desagües tapados de lo que un día fueron los báteres así como las marcas de los urinarios colgados en la pared. En una habitación continua había dos grandes pilas circulares; supuse eran que lavabos.

Lo más emotivo se encuentra en los edificios que se conservan frente a los barracones.

Aquí encontramos la pequeña cámara de gas (pensé que sería más grande) y los hornos crematorios.


Innumerables mensajes y recuerdos cubren las paredes de las estancias próximas. Mensajes dejados por familiares de muchos de los que estuvieron o murieron aquí Y muchos son  españoles, adornados con la bandera republicana.  No hay que olvidar que entre 1940 y 1945 pasaron por este campo y subcampos cerca de 7.200 españoles de los que murieron 5.000, españoles exiliados de la guerra civil y que lucharon al lado de las tropas francesas.

Mauthausen fue conocido entre los deportados como “el campo de los españoles”. Los primeros españoles que llegaron al campo fueron capturados por los alemanes al comienzo de la invasión de Francia y cuando las autoridades alemanas requirieron al gobierno español para determinar el destino de los prisiones, el gobierno de Franco contestó que no existían españoles fuera de nuestras fronteras; de ahí que llevaran el triángulo azul de los apátridas, con una s –de spanier- en el centro. Los siguiente españoles que llegaron fueron detenidos por su actividad en la resistencia francesa.

Existía una organización clandestina española en el campo que salvó la vida a muchos, repartía medicinas robadas y redistribuía la escasa comida que llegaba a los más débiles y enfermos.

Y llegados a este punto y a pesar de la distancia en el tiempo, deseo citar algunos datos que creo que son necesarios:  235.000 personas pasaron por este campo y subcampos, la mayor parte obligados a hacer trabajos forzados en la cantera.  122.000 fueron asesinados.


Los métodos incluían: celdas de castigo de 7m2 en la que los presos morían al cabo de 12 días sin recibir alimento ni agua; trabajo en la cantera; cámaras de gas; cámaras de gas móviles (un camión con un tubo de gases dirigido al interior); duchas heladas en las que murieron cerca de 3.000 personas; experimentos médicos, tiroteos masivos, sangrado, hambre (aproximadamente 2.000 prisioneros por semana eran privados de  comer hasta que morian) y fusilamientos.

Nuestra visita continuo por la cárcel y por último la zona de lavanderia y junto a ella, un gran habitáculo donde al parecer los presos eran lavados y desinfectados a su llegada.

Pero no podíamos dejar este lugar sin visitar lo que un grupo de republicanos construyeron, la famosa escalera de la muerte y hasta allí nos dirigimos, pese a un sol de justicia que parecía querer mostrarnos con su dureza tan solo una milésima parte de las duras condiciones en las que miles de seres humanos sobrevivieron.

Un camino adoquinado y deformado que desciende y deja el “muro de los paracaidistas” a nuestra izquierda, nos lleva a esta escalera.  Esta pared era llamada así porque los soldados nazis empujaban a los presos por aquí precipitándolos al vacío.
La escalera aparece a nuestros pies, ancha y pronunciada con sus 186 peldaños. Y comenzamos su descenso hasta la cantera. Ya en ella, algunas placas recuerdan sucesos, como que el primer grupo de judíos holandeses que llego a Mauthausen fue precipitado por completo aquí y que antes de hacerse esta escalera, la que existía, si podía llamarse así, tenía peldaños desiguales, algunos de hasta 50 cm que los presos debían salvar con las piedras a los hombros y algunos soldados se divertian empujando o poniendo zancadillas de tal manera que cuando un preso caía se producía un “efecto dominó”. Hay placas que recuerdan  que muchos murieron aquí, dejándose caer exhaustos.

No pude más y rompí a llorar. Estábamos completamente solos y dije a Angel que me quería ir.  El contestó que tampoco era de  piedra.  Toda la emoción contenida pareció estallar. Cuanto dolor, cuanto horror, cuando sufrimiento....!!!  No alcanzaba a imaginarlo ni podía comprenderlo. Toda mi supuesta  “preparación” para lo que iba a contemplar y sentir fue vana derribándose parte de las barreras que había levantado para tratar de mantenerme a distancia de tanto horror.

Ascendí la escalera cansinamente tratando de “atacarla” de una vez...y no pude. Tuve que pararme y no pude evitar pensar en todos aquellos desgraciados que desnutridos, mal vestidos y cargados con enormes bloques, lo habían hecho  de 10 a 12 veces por día, uno tras otro hasta que muchos encontraron su muerte.

Regresamos acompañados siempre por un tremendo calor  para visitar luego el centro junto a las taquillas que muestra algunas fotografías históricas.

Un poco más recuperada, deje Mauthausen intentado “cambiar de chip” (qué facil decirlo!! e incluso hacerlo) y dirigirnos hacia St. Florian a donde llegamos a las 13,30.
Durante el corto trayecto me sumí  en reflexiones motivadas por el shock emocional de la visita. ¿qué es lo que lleva al ser humano a cometer estas atrocidades?¿qué ideales pueden justificarlos? ¿cómo es posible esa “anestesia afectiva y emocional” ante el dolor y el sufrimiento de los demás? Y lo que es peor ¿cómo es posible disfrutar generando ese dolor y sufrimiento a un semejante? Muchas de estas preguntas han sido ya contestadas por la psicología social y por autores como Reich en su “psicología de  masas del fascismo”. No obstante aquí no era la razón la que preguntaba si no la emoción.

Esto ha sucedido y como me decía Raul cuando reflexionábamos subiendo la escalera de la muerte, “yo no puedo decir que no llegara a hacer esto”. Esta afirmación me espantó, pero la realidad se impone y posiblemente nadie, y mucho menos cuando ese alguien se encuentra inmerso en la dinámica de un grupo, puede decir “eso jamás lo haría yo”. El delirio nazi se extendió como una plaga y sus ideales fueron abrazados por auténticos psicópatas, pero también por gente absolutamente normal, como yo, o como mis amigos. Y esto ha ocurrido y se ha repetido, quizás no tan extremo, pero sí similar en sus objetivos, como en la guerra de los Balcanes, tan cercana en tiempo y lugar, en otros países más lejanos.

Y ¿qué está ocurriendo con el pueblo palestino? ¿Cómo es posible que un pueblo perseguido durante toda su historia y masacrado hace tan solo 65 años pueda ser ahora parte responsable de lo que ocurre con los palestinos? ¿es tal facil pasar de víctima a verdugo?. Dicen que olvidar la historia condena a repetirla, pero tristemente, aunque no se olvide, ésta se repite y si ha ocurrido una vez, si todo un pueblo, no uno ni dos, ni una minoría, enloqueció y apoyo directa o indirectamente esta barbarie, esto puede ocurrir de nuevo, como ya ha sido.


Regreso de mis reflexiones a St. Florian. Visitamos su hermosa iglesia donde el esplendor del barroco austriaco se muestra elegante y lujoso, borrando casi de un plumazo el terror. En una sola nave con capillas laterales. Capiteles corintios y frisos de hojarasca entre molduras. El mármol rosa del altar mayor se combina con los blancos estucos y los colores claros, tonos pastel de los frescos de las bóvedas y cúpula. Al fondo de la iglesia, sobre la puerta principal se encuentra el órgano de Bruckner Fuimos a preguntar por la visita al resto del monasterio. La siguiente empezaba a las 14 y duraba 1 hora,  por lo que no podríamos escuchar el concierto que comenzaba a las 14,30. Cuesta 4 euros, pero  junto a la visita, se queda en 2, así decidimos asistir y hacer la visita  completa que comenzaba justo después.

Y el concierto resultó ser todo un acierto. Impresionante. De una duración de 25 minutos, te deja sin aliento. El sonido es casi perfecto: puro , claro, limpio envolviendolo todo y haciendo vibrar hasta los bancos de la iglesia. Espectacular.

En cuanto a la visita al resto del monasterio, a mi juicio, prescindible. Realmente merece la pena tan solo la biblioteca, en maderas nobles que contiene alrededor de 140.000 libros  y manuscritos con un techo decorado con hermosos frescos alegóricos de Altomonte y la sala de marmol.

Y destacar una curiosidad sobre el grupo integrado por nosotros y cuatro austriacos: a la pregunta de la guía de si queriamos que la visita fuera en alemán o en inglés,  los austriacos respondieron que se realizara en inglés para que todos pudieramos comprenderla, pero incluso los comentarios entre ellos, las preguntas y los chistes (una figura escultórica encima de una puerta que tocaba una trompeta dijo uno que parecia una gugucela) también se hizo en este idioma. Todo un detalle de educación y cortesía.

En la cripta de la iglesia se encuentra el ataúd  de Bruckner, compositor y músico austriaco, que pidió expresamente descansar allí, dentro de un ataúd metálico bajo el órgano para oir el sonido de este instrumento, junto con los huesos y cráneos de 1.200 personas más encontradas y puestas allí.

Sin dejar de acompañarnos un implacable calor, pusimos rumbo a Viena con una parada prevista en Melk que quedaría para ser visitada mañana.



Así buscamos el area de Aggsbach Am Markt  que encontramos, una vez más, junto al Danubio. Parecía completa ya que una docena de autocaravanas ocupaban dos de los lados de un cuadrilátero. En los otros dos  había una zona con césped, bancos y mesas y en el último, un camino que acercaba al Danubio. Pero un alemán se acercó y nos dijo que también se podían poner autocaravanas en el centro, así que nos dispusimos a aparcar.


Cuando ya la habíamos colocado en una posición que considerábamos adecuada, vino la Austriaca que regentaba el chiringuito cercano a decirnos que no y cómo era exactamente la posición correcta. No conseguimos comprenderla así que una italiana acudió en nuestro auxilio y nos llevó a ver el tablón informativo donde aparecía un dibujo de la posición exacta de todas las autocaravanas. La nuestra debería colocarse en el centro en posición oblicua. ¡Y deciamos de los alemanes!. El precio era de 1,90 euros por persona y 2 la autocaravana. Tenía aseso y ducha por 1,50 euros.

Cuando estábamos pagando en el cercano chiringuito la dueña me comentó que esa misma noche era la final del mundial entre España y Holanda a lo que yo la contesté, haciendo el mal chiste, de que si ganaba España el área sería gratis para mi. Ella me comentó que la noche que jugaba España contra Alemania  todas las autocaravanas del area eran alemanas, excepto una que era española. Esa noche, nuestros vecinos de atrás, una pareja de jóvenes abueletes, eran holandeses.

Y pese a que el futbol no me gusta, algo se me contagió porque Raul se puso la radio   tratando de entender algo y yo le preguntaba. Supimos que iban empate a cero y que jugaban la prórroga cuando se oyó en el exterior un rumor y dije “eso ha sido gol”, y efectivamente, marcó España. Al poco de terminar nos llamó David para decirnos que había sido un partido “duro” y que tuvieramos cuidado. Con cierto buen sabor y orgullo por la victoria, empañado al comparar la prima que iban a cobrar los jugadores con la bajada y congelación de nuestros sueldos, nos fuimos a dormir.

12 de julio, lunes
Itinerario:  Aggsbach Am Markt – Melk-Viena
Km: 160
Pernocta: Camping sud Viena  (N 48°9'1" E 16°18'2" ). Unos 23€ noche.

Aunque se oyen mucho los coches que pasan por la cercana carretera, la noche ha sido estupenda.

Sin posibilidad de descargar “grises”, cargamos agua y nos dirigimos a Melk a donde llegamos a las 10. Dejamos la autocaravana en un gran aparcamiento sombreado, y menos mal, porque el calor sigue siendo implacable.
Una vez más, lo mejor sigue siendo la biblioteca,  que conserva cerca de 100.000 volúmenes, con ese olor tan característico a papel viejo, siendo considerada la mayor biblioteca de monasterio del mundo y ligada también al nombre de Humberto Eco y a su obra “El nombre de la rosa” inspirada en este lugar, y a su protagonista, Adso de Melk


Y  llama poderosamente  nuestra atención una peculiar escalera de caracol en cuyo final han instalado un espejo con lo que la vista se encuentra “atrapada” en una escalera sin fin.

La iglesia, un espléndido barroco, elegante combinación de formas, luz y colores rosa, ocres, dorados y marrones. Todo ello hace de este lugar algo “ligero” para lo que en sí es el barroco.


Paseamos un poco por los jardines, regados y cuidados continuamente por varias personas, y pusimos rumbo a Viena desviándonos por Krems, siguiendo el curso del Danubio.

Contemplamos los cultivos de vid que se extendían por la orilla sur del río hasta la misma ciudad de Krems, así como el cultivo de frutales como albaricoques, ciruelas, cerezas y también frambuesas. Y paramos en un puesto a comprar albaricoques que pagamos a 3 euros  el kilo cuando los encontramos después en un supermercado a 1,5 euros.
Alrededor de las 14,30 y con mucho, mucho calor, entramos en el camping Sud de Viena, elegido por su proximidad al centro y al transporte público además de tener wifi libre ya que teníamos que consultar los horarios para que Raul pudiera elegir grupo y hacer la matrícula de 1º de grado.

Y buscamos desesperados un lugar con buena sombra ya que teníamos que dejar a Tula dentro. Y cuando hay sitio la mayoría de las veces resulta complicado elegir uno porque ninguno parece lo suficientemente bueno y cuando eliges uno, miras otro que podría ser mejor…pero al final…elegimos y acertamos. Le daba la sombra prácticamente todo el día. El camping solo tiene los servicios elementales pero están limpios y son muy cómodos.

Comimos y decidimos dedicar la tarde a descansar. Nos vino de pronto un “bajón”: estábamos muy cansados. Y es que como siempre, los primeros días resultan muy intensos y a nuestra espalda llevábamos ya casi 2.500 km,  varias visitas turísticas y las elevadas temperaturas no han dejado de perseguirnos.

Aprovechamos después para ducharnos y conectarme a Internet.

Ahora, a las 20 horas el calor ha bajado y cuando corre el aire la temperatura es hasta agradable.  Me recuerda un poco a Dubrovnik: por el día calor, pero por la noche en el camping se levantaba siempre una ligera brisa que ayudaba a olvidar el calor del día.

Nos vamos con Tula a dar un paseo por los alrededores del camping. A la entrada hay un supermercado grande y  por un lado discurre el cauce de un pequeño río y como curiosidad, un parque para perros, pero no como los españoles que son espacios reducidos y generalmente sucios solo para que hagan caca. Esto es un buen parque, vallado, arbolado y con bancos y mesas para sus dueños. Su tamaño permite que los perros puedan estar suelos y correr libremente.

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