PIRÁMIDES DE SEGONZANO.PASO PORDOI Y LAGO FEDAIA

LAS DOLOMITAS

Las “pirámides” de Segonzano
21de julio, miercoles
Itinerario: Caldonazo-Levico-Segonzano-Predazzo
Km: 81
Pernocta: Predazzo N 46º19.634 y E 11º35.979. Gratuito

Tras una tranquila noche y después de desayunar,  nos pusimos a preparar el equipaje de Raul. Recibimos las primeras llamadas de David para hacer la matricula de su hermano. Como me temía, tuvo que personarse en la facultad al no haber recibido la carta, como otros muchos, si no casi todos, los que estaban citados para ese día. A las 9,30 o 10 nos llamó para decirnos que estaba ya todo hecho y con la tranquilidad que esto nos dio nos fuimos a Levico.

Buscando un cajero, dimos un paseo por la villa lo que nos permitió comprobar que además de ser una agradable y bonita ciudad rodeada por una impresionante corona de cimas,  estaba muy viva, muy activa y llena de gente, sobre todo gente mayor que acude a los baños. Del banco fuimos a la pensión. La habitación, pues de una pensión. Nada del otro mundo, pero limpia y luminosa y con una bonita terraza a la calle y a la casa donde comía y cenaba. La siguiente parada era en el hotel donde se celebraba el curso para abonar el resto. Recibimos otro mensaje de Santiago: llegaría a las 15 horas, hora prevista para la apertura.

A las 13 nos reunimos con Sabrina, Dino y los chicos y compartimos con ellos una grata comida. En total debíamos de ser 13 personas alrededor de una gran mesa estilo “italiano”: alargada y estrecha pasando platos de un sitio a otro. Muy alegre y divertido. A las 15,30 llegó Santiago, le saludamos y le dejamos comiendo mientras que Raul  estaba ya en la apertura del curso.

Y nosotros pusimos rumbo a las Dolomitas algo entristecidos y notando la ausencia de Raul. Tomamos la SP 71 por carreteras que no dejaron ni un momento de ser hermosas. Un poco antes de llegar a Segonzano y desde la carretera , divisamos lo que parecían ser chimeneas de las hadas”, aquí llamadas “pirámides”. Son  una especie de gran columna natural constituida a base de rocas débiles en su parte inferior, generalmente sedimentarias, cuya cima es de roca más resistente que la protegen de los efectos de la erosión dando ese aspecto de columnas aisladas.

En honor a mi amiga Eva anoté las coordenadas: N 46º10.872; E 11º15.841. Y es que creo  recordar que dijo que tenía este viaje pendiente así que intentaré ser lo más precisa posible por ella y por aquellos a los que les interese.

Hay un pequeño aparcamiento y también figura como un posible lugar de pernocta consentida. Subir vale 3 euros. Hay que decir que la pendiente es bastante pronunciada y la subida se hizo especialmente dura por el calor que soportamos a las 17 h. En un punto del camino aparecen indicaciones para subir a tres grupos de “pirámides”: La subida al 1º era de 25 minutos, 30 al segundo y 50 minutos al tercer grupo. El mismo camino llevaba al 2º  y 3 grupo. Estuvimos indecisos entre el primer y segundo grupo y una moneda decidió por el  primero, decisión incorrecta ya que es, sobre todo el segundo grupo el más bonito. Pero pudimos corregir el error otro día que ya contaré.

Tras una penosa subida, para mí al menos, alcanzamos un mirador desde el que se contemplaba una bonita vista de las chimeneas. La bajada también tuvo su “punto” y llegué al aparcamiento bañada en sudor y muy cansada.

Pusimos rumbo a lo que sería nuestro primer sitio de pernocta:  un poco después de Predazzo coordenadas: N 46º19.634 y E 11º35.979, pero como está en la carretera se ve sin problema. Está en una estación llamada Tatemar,  una estación de salto donde nos concentramos  unas 30 autocaravanas. Dispone de carga y descarga de agua, así como de un hermoso pilón para lavar ropa. Y aquella noche fue gratuita. 

Y aquella noche hizo algo parecido a una sensación casi olvidada: fresco.

El Paso Pordoi y Lago Fedaia
22 de julio, jueves

Itinerario: Predazzo-Paso Pordoi-Arabba-Paso Fedaia-Lago Fedaia
Km: 83
Pernocta: Lago Fedaia (N 46º27.443 E 11º51.907). Gratuito.
¡Y pasé frío por la noche! ¡qué delicia! ¡después de tantos días de calor!. Pese a estar cerca de la carretera, la noche fue tranquila.

Partimos tarde de Predazo y nos pilló un buen atasco hasta Vigo di Fasa, para atravesar esta población. Dejándola atrás, comenzamos el ascenso del Paso Pordoi: 28 curvas que cambian de sentido –“tornantes”- de subida y 33 de bajada hasta alcanzar los 2.289 m de altitud.

En principio no supone mayores problemas…si exceptuamos que la carretera está plagada de ciclistas que, individualmente o en grupos, atacan su ascenso y de  motoristas que adelantan por donde pueden o que para trazar mejor las curvas, circulan por el centro o en sentido contrario. Hay grupos de ciclistas que ocupan todo el sentido, por lo que en plena subida hay que pisar el freno, poner 1ª y esperar pacientemente hasta poder adelantarlos y…además vigilando que en ese justo momento no venga un motorista que a su vez intente adelantarte a ti. Soy consciente del esfuerzo tan tremendo que supone, algunos, incluso, llegan a la cima zigzagueando, pero lo cierto es que son como una plaga y convierten las subidas a los puertos en un “sin vivir”.

Una vez arriba y a las 11,30h, no encontramos aparcamiento público, excepto uno de pago: 3 euros hasta las 17 h. Esto fue una premonición de lo que nos iría pasando a lo largo de estos 10 días de recorrido por las Dolomitas con el aparcamiento.

Dejamos la autocaravana y nos preparamos para tomar el teleférico Sasspordoi que en tan solo 10 minutos nos pone a 2.950 m, en el balcón de las dolomitas, un auténtico mirador que roza el cielo y desde el que se tienen unas impresionantes vistas de moles graníticas y picachos que alcanzan cerca d e los 3.000 m. Y al fondo, verdes valles que se extienden hasta donde la vista alcanza.


La cima de este teleférico es impresionante ya que todo lo que nos rodea es roca granítica  pelada. La inmensidad se extiende a nuestro alrededor, mires por donde mires: grupos de rocas desnudas, impresionantes cimas, hermosos valles…y la carretera que retorcida se dibuja a nuestros pies. Y también, mucha, mucha gente.

Decidimos iniciar el camino hacia Piz Boe.

Un cartel informa del tiempo: 1 hora y además leí en el foro de acpasión que el camino era facil. Sí, sí,…será que me hago mayor. 


Así, iniciamos un pequeño descenso que se hizo más pronunciado unos 300 m después de empezar nuestra marcha. El camino es un pedregal y todo lo que nos rodea es pura piedra de granito, y con escasa vegetación que algunas veces se deja asomar tímidamente entre alguna roca que otra. Y una romería: gente que va y que viene, sobre todo hasta que se llega al refugio tras un pronunciado descenso. Y allí me tenía que haber quedado, pero como en la ignorancia está la felicidad, seguimos creyendo que el final estaba en una cresta que aparecía a nuestra derecha.

El camino discurre desde el refugio por una zona llana y entre neveros por los que Tula disfrutó como una enana. La gusta la nieve, igual que a nuestra siempre presente Mara. Pero observé que dejamos la cresta, supuesto  final de nuestra excursión, a nuestra derecha y el camino ascendía pronunciadamente por  una senda por donde veía a la gente como hormiguitas. Y vi el final, en un pico de 3.152 metros. Si el teleférico nos dejó a 2950 y el pico estaba a 3152, el desnivel real sería de 200 m, ¡si no hubiéramos descendido otros 100 o 200 metros más!. Pero fue la cabeza la que ordenó y dijo que no, que allí no subía. Había comenzado a sustituir el disfrute, por el sufrimiento, así  que este era el punto del regreso. Llevábamos andando unos 50 minutos y calculé que por lo menos podrían quedar otros 30 minutos más, y de duro ascenso. Angel, sin embargo, dijo que él nunca había paseado por un sitio así y que quería continuar llevándose a Tula, incansable.

De vuelta a las instalaciones del teleférico, me senté tranquilamente a contemplar una vez más tanta belleza, tanta inmensidad…y descendí. Me perdí por un par de tiendas y a las 15,00 estaba en la autocaravana a donde llegó Angel tan solo 10 minutos después confesándome que el camino comenzó a complicarse después con cables de acero teniendo que coger a Tula en brazos así que decidió regresar también.

Descendimos el paso Pordoi y dejamos atrás Arabba, que tenía un area para autocaravanas y nos desviamos por la 563, hacia el paso di Fedaia, a la Marmolada donde se encuentra el pico de mayor altura de las Dolomitas. Dejamos atrás sin darnos cuenta, Malga Ciapela, desde donde parte un teleférico a la Marmolada, y subimos el paso, que aunque corto, es intenso y la pendiente se vuelve muy pronunciada al final. Divisamos el Lago Fedaia, en donde había leido que había una zona para pernoctar, sobre el lago.

Y allí la localizamos, tras atravesar el puente de la presa del lago, a los pies de la mole de la Marmolada y con el lago Fedaia a nuestros pies.

Un paisaje hermoso para terminar nuestro primer día. Las coordenadas que tomé -N 46º27.443 E 11º51.907- no son las correctas y corresponden a una explanada que está en un nivel inferior al aparcamiento donde pernoctamos. Hay que subir un poco más para disfrutar de la espectacular vista sobre el lago.

Hicimos noche junto a algunas autocaravanas y una camper española de una familia gallega con 2 niños pequeños. Y una vez más fue bastante fresca. Afortunadamente. Creo que en Madrid se seguían asando, según nos pudo contar David. También hablamos con Raul, en su primer día de curso, y parece que iba muy bien.


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